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jueves, 23 de julio de 2015

"¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?" ¿Que cuántos años tengo? - ¡Qué importa eso !

"¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?" ¿Que cuántos años tengo? - ¡Qué importa eso ! ¡Tengo la edad que quiero y siento! La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido... Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues unos dicen que ya soy viejo otros "que estoy en el apogeo". Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos. Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!... ¡Estás muy viejo/a, ya no podrás!... Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, las ilusiones se convierten en esperanza. Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.. ¿Qué cuántos años tengo? No necesito marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas... ¡Valen mucho más que eso! ¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más! Pues lo que importa: ¡es la edad que siento! Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos ¿Qué cuántos años tengo? ¡Eso!... ¿A quién le importa? Tengo los años necesarios para perder ya el miedo y hacer lo que quiero y siento!!. Qué importa cuántos años tengo. o cuántos espero, si con los años que tengo, aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno.

martes, 21 de julio de 2015

Siempre me he preguntado que hubiese sido de mi vida si tú no hubieses formado parte de ella. Si tu huracán nunca hubiese arrastrado mis sentimientos por toda nuestra historia. ¿Como serian mis manos si nunca hubiesen tocado tu piel? ¿Como serian mis ojos sin haberse quemado con el brillo de los tuyos? ¿Con que soñaría antes de irme a dormir? ¿Sería yo capaz de morir por alguien que no fueses tú? No sé nada de eso, pero tengo clara una cosa: Que aun sin haberte conocido, te echaría de menos. Como el león enjaulado echa de menos la selva, aun que nunca la haya visto. Como los peces echan de menos el mar cuando se dan contra el cristal. O como el bebé que al nacer llora, porque hacia toda la vida que no podía respirar.
Por esa gente que no puede cansarse. Por los que no pueden desfallecer, ni flojear, ni rendirse, ni dejar de luchar. Por esa madre, que cuida de sus hijos y de su casa y aun así saca tiempo para llevar a cabo su pasión, y un buen día, así, sin más, corre un maratón. Por ese padre de familia numerosa, que tiene que aguantar los gritos de un jefe hijo de puta, que se aprovecha de él, porque sabe que necesita el dinero. Por aquellos a los que el cáncer les estaba mordiendo en las entrañas y aun que podrían haberse retorcido de dolor, conseguían sacar una sonrisa, no porque así les doliese menos a ellos, si no porque así les dolía un poco menos a los demás. Por ese medico que dobla guardias y veinticuatro horas después de empezar, cuando ya ha recogido sus cosas y va a irse a casa, por fin, a descansar, se vuelve a poner los guantes y se arrodilla para ver a otro paciente, no por dinero, porque eso no se lo van a pagar, lo hace porque en su corazón y en su vocación lleva gravada la frase: “cuidare de todo el que lo necesite”. Por esas personas que dan la mano, que abrazan, que sonríen. Por los que se permiten enamorarse, aun que a veces duela. Por los que prefieren ver gente feliz, que serlo ellos mismos. Por la gente que hace que la vida tenga sentido. Por todos ellos y ellas vamos hoy a aplaudir con todas nuestras fuerzas, porque son esas personas las que hacen que la vida valga la pena. GRACIAS

GRACIAS MAMA.........

Gracias mamá, por haber hecho tantas cosas sin sentido. ¿Qué sentido tenía cuidar de alguien que comía de tu propio cuerpo, incluso antes de nacer? ¿Qué sentido tenía escucharme llorar durante horas? ¿Qué sentido tenía no dormir por mi culpa? ¿Cuál es el motivo por el que has luchado tanto, tantas noches, tantos días…? Has gastado tu tiempo, tu juventud, tu dinero, tu vida… en que yo saliera adelante y eso no es lo que más sentido tenia, pero lo has hecho. Hay quien dice que tiene la mejor del mundo y sabes que… se equivocan, porque la mejor la tengo yo. Y puede que no seas la que mejor ve, pero siempre encuentras todo lo que busco. Puede que no seas la mas lista, pero siempre acabas entendiéndome, incluso cuando ni yo mismo se que quiero. Puede que no seas la mejor cocinera, pero siempre harás la mejor tortilla de patatas del mundo, y me pegaría con el que diga lo contrario. Puede que no vayas a estar siempre, pero eres la única que lleva estando desde nueve meses antes de nacer y eso no hay nadie más que vaya a poder decirlo. Sé que este texto no es la mejor manera de agradecerte la vida –que es lo que te debo- pero de todas las cosas imposibles de explicar que se me ocurren, el amor que me has dado es la más difícil, la más grande, la más fuerte y la mejor. Porque hay amores que matan, otros que te arreglan al vida y otros que simplemente vienen y luego se van, pero el amor de una madre da la vida y no pregunta porque, el amor de una madre no duda, ni se acaba, ni tiene mejores o peores días, el amor de una madre siempre es TODO lo que puede ser. Lo siento por los que estéis usando la palabra amor para otra cosa, pero amor sí que no hay más que uno.

martes, 7 de julio de 2015

estoy en una edad....

Estoy en una edad en que si me tratas bien un día sí y otro no , yo te mando a la mierda un día sí , y otro también

MIRATE CAMINAR MUJER ....

Mírate caminar, mujer, estás para que te amen. Que se rompan las ventanas cada vez que pasas cerca y se hagan grietas en el piso con los zapatos que tocas, para que piensen en ti cuando se apagan las luces y seas el primer deseo que alguien pida al despertar. Mírate bien, mujer, no estás para que te engañen, ni que te quieran a medias. No estás para ser segunda opción...